Fiebre 7-12
Las palabras me miran
desde ese fondo de oscuridad,
y sin embargo son claras, más claras
que cualquier dolor. Yo no las
busco. No estoy detrás de ellas
calibrando el anzuelo.
Aparece la fiebre
y ya no sé qué hacer con ella.
Es mi nueva pasión. Parezco
haber llegado al borde, estar
a punto de consumirme, y me convierto
en otra cosa.
Soy joven para morir, será
por eso que muero. Como quien
se muere de amor. Me ahogo
de estar fundido así, y sin embargo
nada hay, nada se mueve
a mi alrededor.
Dicen que es una prueba
formulada por Dios. Yo rezo.
Rezo, aunque no crea en nada ya.
Una oración cualquiera
en voz alta.
No hice más que pedir amor.
Lo hago hasta que el corazón
se me rompe. No siento vergüenza.
Lo digo. Nadie se extraña
de mi petición, debe ser muy
absurda y muy verdadera.
Se abre el cuerpo
como una flor fresca.
Te lo entrego otra vez. Yo
no aprendí nada de la vida.