Capilla en Siguenza
Se incrusta la luz poro por poro,
tiñe los muros interiores,
mancha la oscuridad y la ilumina.
Como lengua porosa
deja una marea azul y bermeja,
una capa fina de luminosidad aplacada,
un envoltorio de polvo teñido.
Cascada de agua y sangre,
una placenta el púlpito,
piedra y hueco de amor
en donde crece quien va a nacer.
Por el vendaval cae la estirpe,
se redondea su calado,
piedra tras piedra,
fuente en la oscuridad.
Hacia abajo añiles granates,
por atriles y bancos hasta el altar,
apacible fuego el vitral.
Mi hijo y yo lo vemos de la mano.
Despacio crece la vida.